Reflexion


Cuando nos “damos cuenta” que es por y a través nuestro, que circula, parte de la energía de la fuente Primordial, que somos una partecita de la energía de Dios latiendo en nuestro interior, nos animamos a vivir, una vida plena.

Nuestra vida está compuesta de dolores, alegrías, luz y sombra que laten dentro nuestro, pero al estar entregados en cuerpo y alma a nuestro espíritu sagrado, a nuestra fuente primordial, la luz y el amor reestablecerán y sanarán nuestras sombras ,nuestras heridas, nuestros dolores, nuestras tristezas, y al salir de las crisis, estaremos más cerca de ser quienes somos en verdad, ya que nos rescataremos desde la esencia misma de la vida, desde el verdadero espíritu que nos habita, teniendo la posibilidad de ser mas sabios, pero también más amorosos…

La vida, entonces puede convertirse en un viaje interno de auto conocimiento

Así logramos enamorarnos de ella y sentimos que lo único que nos sana las heridas todavía sangrantes es el amor, la comprensión, la delicadeza con la que hemos de tratarnos, y tratar a los otros, convirtiéndonos en un acompañante amoroso tanto de nosotros mismos, como de los demás, dispuestos a dejarnos Ser, y dispuestos a alojar en nuestro corazón a quienes nos pidan ayuda, para reencontrarse con su verdadero potencial y animarse a Ser desde su alma.

Allí se producirá el verdadero milagro, el de reconocer al otro como a mí mismo… dándonos cuenta, que también habitan, casi los mismos dolores, las mismas sensaciones de plenitud o de vacío, y que solo la energía del amor podrá sanarnos…

Como dicen los mayas…yo soy otro tú…sabiéndonos y sintiéndonos seres unidos desde nuestro corazón hacia la vida misma que late en el Cosmos…una única vida, manifestándose en tantas existencias como las que existen en todo el Universo…

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