Las Verdades fundamentales de E. Bach y las Verdaderas enfermedades del Ser Humano.


Las Verdades Fundamentales de E. Bach.

“La enfermedad es en sí beneficiosa, y tiene por objeto el devolver la personalidad a la Voluntad divina del Alma; y así vemos que se puede prevenir y evitar, puesto que sólo con que pudiéramos darnos cuenta de los errores que cometemos y corregirlos de forma espiritual y mental, no habría necesidad de las severas lecciones del sufrimiento”…
Edward Bach.

Para poder entender la naturaleza de la enfermedad, Edward Bach explica que hay que conocer ciertas Verdades Fundamentales:
1) “Cada uno de nosotros tiene un alma, que es su ser real, el alma para Bach es la esencia de lo que somos. Su naturaleza es invencible e inmortal, ella es nuestro Ser superior. El alma es la que dirige, y siempre que nosotros lo permitamos, ordena nuestra vida, para llevarnos a lo mejor.”

2) “Tal y como nos conocemos en el mundo, somos personalidades y existimos para lograr conocimiento y experiencia; para desarrollar las virtudes que nos faltan, y para borrar de nosotros todo lo malo que haya.” (…) “El alma sabe qué entorno y qué circunstancia nos permitirán lograrlo mejor, y por lo tanto nos situará en esa rama de la vida más apropiada para nuestra meta…”

3) “Nuestra vida aquí en la Tierra no es más que un momento en nuestra evolución (…). Nuestras almas, que son nuestro auténtico ser, son inmortales, y los cuerpos de que tenemos conciencia, son temporales, apenas caballos que nos llevarán en un viaje, o instrumentos que utilizamos para hacer un trabajo dado…”

4) “Mientras nuestras alma y personalidad estén en buena armonía, todo será paz, felicidad y salud. Cuando nuestras personalidades se desvían del camino trazado por el alma, sea por nuestros deseos mundanos o por la persuasión de otros, surge el conflicto. Esa es la raíz, causa de enfermedad y de infelicidad…”

5) “El siguiente gran principio es la comprensión de la Unidad de todas las cosas: El Creador de todas las cosas es Amor, y todo aquello de lo que tenemos conciencia es, en su infinito número de formas, una manifestación de ese Amor, ya sea un planeta o un guijarro, una estrella o una gota de rocío, un hombre o la forma de vida más inferior…”

Nuestra conciencia está tan poquito desarrollada, que tenemos una conciencia parcial y, por lo tanto, de división. Pero Bach explica que somos parte de un Todo, que estamos profundamente relacionados unos con otros, y que cualquier acción contra nosotros mismos, o contra otros, afecta a la totalidad, pues al causar la imperfección en una parte, ésta se reflejará en el Todo.

Las Verdaderas Enfermedades del Hombre.

Según E. Bach las verdaderas enfermedades del hombre, son siete: orgullo, crueldad, ignorancia, inestabilidad, odio, egoísmo, y codicia.
Sobre esta base surge lo que conocemos y mal llamamos enfermedades, que no son más que la manifestación o la materialización del mal- estar en el cuerpo físico, como vimos.
Así, la enfermedad, en el concepto de E. Bach, surge cuando hay conflicto entre el alma y la personalidad. Es decir:
1. Cuando nos desviamos del camino trazado por nuestra alma, y nos dejamos influenciar por los demás.
2. Cuando intentamos manipular a otros.
3. Cuando tomamos una actitud negativa, de pensamiento y/o de acción, hacia nosotros mismos o hacia un semejante.

A partir de la observación, Bach pudo darse cuenta de que estas enfermedades básicas vienen del desequilibrio emocional, y que el paciente debe volver al equilibrio y sanar buscando dentro de él la virtud opuesta que le falte para salir del error en el que se está moviendo. Sin embargo, antes de realizar dicha observación, primero tiene que ser consciente, “darse cuenta” de su error. Sólo así podrá manifestar dichas virtudes.
Porque en cuanto uno ve el error o el defecto en el que está cayendo, se produce un cambio enorme en su vida, es parte del despertar.

Ejemplos:
-El orgullo es el defecto en el que podríamos caer si en nuestra vida no accionamos con humildad. Se origina cuando no podemos darnos cuenta de la pequeñez de nuestra personalidad y de su absoluta dependencia del alma. Y al negar que los logros obtenidos no se deben a la personalidad, sino a las bendiciones otorgadas por la Divinidad Interna. Además, como la personalidad pierde el sentido de la insignificancia de uno frente al gran esquema de la creación, y al no inclinarse ante la voluntad de nuestra alma, esto produce rigidez en nuestro cuerpo mental, originando así un reflejo de entumecimiento, o falta de flexibilidad en alguna parte del cuerpo físico.
La crueldad, es el defecto en el que podríamos caer si en nuestra vida no accionamos con compasión.

-La crueldad aparece cuando no tomamos conciencia de que todos y cada uno formamos parte de una Unidad, y que cualquier acción perniciosa hacia otro se opone al todo. Como la crueldad genera dolor o sufrimiento dirigido, por el principio de la ley de causa y efecto va a generarse en el cuerpo físico mental o emocional emisor la misma intensidad de padecimiento que sufrió la víctima. Esto nos dará la oportunidad de aprender con el propio dolor a no ocasionarlo a los demás.

-El odio se origina cuando negamos que existe la energía del Amor en todo lo que nos rodea, como si desconociéramos la energía del Creador. Esto lleva a acciones adversas a la Unidad, y opuestas a los dictadas por el Amor
Como mediante el odio perdemos la conexión con la ley del Amor, esto da como resultado estados de soledad, enfados violentos, tormentos mentales y/o histeria. La inestabilidad, la indecisión, y la debilidad son los defectos en los que podríamos caer si nuestra personalidad se niega a dejarse gobernar por nuestra alma. El mal-estar que puede surgir en consecuencia, refleja todos los desordenes que afectan al movimiento y a la coordinación, por ejemplo: mareos, debilidad, e inconstancia.

-La ignorancia es el defecto en el que podríamos caer cuando no aprendemos de las lecciones de la vida, o nos negamos a ver la Verdad, cuando se nos ofrece la oportunidad. Lo opuesto a la ignorancia es la sabiduría, y deberíamos estar siempre alertas en nuestra vida cotidiana pues si nos resistimos a ver la verdad la consecuencia es una miopía, mala visión y audición defectuosa.

-El egoísmo se manifiesta cuando tenemos demasiado Amor por nosotros mismos (narcisismo), al punto de anteponer nuestros propios intereses al bien de la humanidad, y al cuidado y protección de quienes nos rodean. Su opuesto es el altruismo y todos los malestares que puede ocasionarnos este defecto están relacionados con las enfermedades de introspección. Por ejemplo: neurosis, neurastenia, y condiciones semejantes que privan a la vida de la alegría.

-La codicia es el defecto en el que podemos caer cuando negamos la individualidad y la libertad de todas las almas. La peor codicia que podemos experimentar es aquella mediante la cual estamos quitándole la libertad a un ser humano creyéndonos con derecho sobre la vida de otro, queriendo gobernar, moldear, y mandar, usurpando el poder del Creador. El resultado de la codicia, y del dominio de los demás, son esas enfermedades que harán de quien las padece un esclavo de su propio cuerpo, con sus deseos y ambiciones frenadas por la dolencia. Cada zona que se vea afectada no es casual, pues el cuerpo nos está dando la información que tenemos que aprender a interpretar. Lo importante es concentrarnos en la virtud que vinimos a desarrollar. Si nuestra tendencia es caer en estados de ira, o enojos (odio), debemos llevar toda nuestra atención a poner en cada instante la mejor predisposición para despertar el amor que cada uno tiene dentro de sí.
Olvidémonos de nuestra ira, y pongamos toda la atención en aquellas acciones que conectan con el Amor. Es decir, erradicar el defecto y desarrollar la virtud.


E. Bach decía: “La causa de la enfermedad (mal – estar) pretende provocar que acabemos con una errónea manera de proceder... Deberíamos aprender nuestras lecciones a nivel espiritual, para así ahorrarnos el sufrimiento corporal”.
Esto no es tan fácil de lograr porque nos cuesta mucho “vernos” “darnos cuenta” en qué estamos fallando, o cual es nuestro error.
La terapia floral apunta justamente a esto. A que nos descubramos, nos veamos con claridad y nos conozcamos cada día un poco más, tomemos las riendas de nuestra vida y nos convirtamos en nuestros propios maestros, modificando esas verdaderas enfermedades en virtudes para el alma.
Dijo E. Bach: Nuestras almas nos guían hacia las circunstancias
de la vida por las cuales tendremos que pasar para nuestro aprendizaje.


Atentos al síntoma para descubrir la causa:

Entonces, lo que conocemos como enfermedad no es algo que se cruza en el camino, sino que, al contrario, dio señales de aleta que fueron ignoradas.
De este modo, el síntoma sirve para estar atentos a nuestra conciencia, y a darnos cuenta de en que estamos fallando. Entonces no deberíamos quedarnos solamente en tratar el síntoma, sino que hay que dedicarse a profundizar en nuestra conciencia, y observar; a convertirnos en testigos de nuestra mente y de nuestro funcionamiento, prestando atención a “¿ Qué pensamos?”, “¿Cómo son esos pensamientos que tenemos?”, “¿Qué reacciones tenemos frente a esos pensamientos?”, “¿Qué sentimos?”, “¿Cómo son esos sentimientos?”. Alcanza con dedicarnos unos minutos de cada día para aquietarnos internamente y ver qué está pasando adentro nuestro, para comenzar a darnos cuenta cuáles son esas fallas.
Veamos cuál es el aprendizaje que elegimos hacer, seamos concientes de ello.
Toda la vida es un aprendizaje, y si nos sentimos mal físicamente nuestro cuerpo nos está queriendo decir algo. Tomemos como experiencia preguntarnos qué debemos aprender de esta situación.
En la vida no hay problemas, sino cosas que aprender, procesos que transmutar.
Bach tuvo claro que aquello que hay que tratar no es el síntoma, sino la actitud emocional del enfermo ante la vida. Con ese objetivo dividió en siete grupos los remedios florales, para poder tratar los diferentes estados emocionales. Estos son:

1- Desaliento y desesperación.
2- Falta de interés.
3- Incertidumbre.
4- Temor.
5- Excesiva preocupación por el bienestar de los demás.
6- Hipersensibilidad a ideas e influencias.
7- Soledad.

A partir de haber encontrado distintas esencias florales para equilibrar los diferentes estados emocionales, tenemos ahora la gran posibilidad, de revertir ese estado emocional negativo, y así prevenir que el malestar (síntoma físico), se instale en el organismo.
Cada emoción está íntimamente ligada, o conectada, con una zona específica de nuestro cuerpo. Por ejemplo: El enojo, la ira, están íntimamente relacionados con nuestro hígado y vesícula. Así, si nos enojamos mucho por alguna circunstancia, y esa emoción negativa queda dentro de nuestro organismo, nuestro cuerpo se va a “hacer cargo” de llamarnos la atención por el desequilibro emocional, y entonces podemos “sufrir”, de un “ataque al Hígado”, o una “descompostura de vesícula”… Si en cambio, en ese momento podemos darnos cuenta de ese mensaje que el cuerpo nos envía y concientizarnos que la causa de la enfermedad física surge de un desequilibrio emocional, ayudaríamos a que el proceso fuera más rápido, y veríamos cómo la enfermedad se va mucho más rápido, por donde vino.
Una de las esencias florales que permite restaurar el desequilibrio dado en el ejemplo, es Willow:
Cuando estamos en un estado negativo “Willow”, solemos decir:
-¡Porqué a mi me pasa esto!… o ¡Porqué a mi!…, es un estado muy fácil de entrar, porque nos “engancha” con las emociones externas, con la gente, y ya en un estado extremo negativo, nos sentimos amargados, resentidos, insatisfechos, irónicos, sarcásticos, malhumorados. Esta flor se le receta a aquellas personas que sienten que no han merecido una prueba tan grande, que es injusto lo que les está pasando, y esto les provoca rencor y amargura. Los pacientes “willow” también ponen cada vez menos interés en las cosas de la vida que antes disfrutaban, son personas que irradian negatividad, nada les viene bien, y no aceptan la mejoría, sienten lástima y amargura de sí mismos, son muy irritables, deprimidos, y muy quejosos. Además sienten bronca, y a veces esos estados suelen ser crónicos. A pesar de todo lo que les pasa interiormente, no suelen exteriorizar su enojo con la gente, o con las situaciones externas, entonces la bronca queda tapada y eso hace que corran el riesgo de enfermarse. Porque esa emoción se convierte en un veneno que los va quemando por dentro y si no se trata a tiempo, desembocará en dolencias físicas como quistes o tumores (esto tiene que ver con ofensas guardadas)… También otros síntomas como derrames oculares, fiebres y diarreas repentinas, sin explicación aparente, a veces suelen sentir gusto amargo en la boca, y trastornos permanentes digestivos.
Al ingerir la esencia floral, la persona comienza a sentir optimismo, fe, a generarse una participación responsable en los asuntos de la vida y se comienzan a preguntar “¿Qué tendré que ver yo en esta situación…?” O “¿Qué puedo hacer yo para que ésta situación cambie…?”
(Como mencioné, ese estado negativo tiene que ver con las ofensas guardadas, y esto hace que se vaya levantando a su alrededor como una muralla con las otras personas, y comienzan a proyectar en el afuera su negatividad, entonces más allá de comenzar a tomar la esencia floral que le corresponda en este estado, lo que se debe hacer como primera medida es reconocer la propia amargura, y empezar a ver el lado positivo de las cosas.)


La energía que brindan las esencias florales hacen que estos cuestionamientos surjan espontáneamente en nuestra vida y comenzamos a conectarnos con una parte nuestra positiva que antes ignorábamos; se abre una nueva etapa, que si la sabemos aprovechar, veremos que cada día nuestro crecimiento nos permitirá evolucionar un poco más, y así poder comprender y ayudar a nuestros hermanos, aportando lo mejor de cada uno de nosotros, para que nuestra vida y la de los que nos rodean, se convierta en un aprendizaje constante.
Como dije anteriormente, todos tenemos algo que aprender, y procesos que transmutar. Entonces estemos atentos para no quedarnos “enganchados” en el afuera sino, en nuestros sentimientos, en cada instante de nuestra vida, porque si logramos modificar, nuestro interno, eso se verá reflejado en nuestras relaciones, en los lugares en los que nos movemos, en nuestra vida cotidiana.

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